El día a día
Paradójicamente el cuidador familiar o informal es el que está más cerca de la persona dependiente y con frecuencia no tiene formación. Cada día es una incógnita, donde no sabemos a que nueva situación tendremos que hacer frente. A base de lógica y bastante paciencia intentamos solucionarlas, sin tener la certeza de que nuestros esfuerzos sirvan para algo. Intentar relacionar que el día este nublado o ventoso con los síntomas del afectado puede parecer absurdo, pero en ocasiones es así. Para los problemas físicos es más fácil encontrar herramientas para remediarlos (eliminar barreras, adaptar el baño...)
Para los psicológicos cuesta un poco más, disminuir el razonamiento hasta un nivel muy básico, de manera que podamos afrontar las carencias cognitivas, la perdida de memoria, acostumbrarnos a una no intencionada falta de empatía (lo primero soy yo), el pensar que en un paseo hay que contar con la ida y la vuelta, el asumir retos sensatos (no todo el mundo puede hacer un Ironman...) Pensar por dos no es complicado, es cuestión de adaptación y actitud...
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