lunes, 16 de marzo de 2020

¿Quien cuida al cuidador?

Pues debería aprender a cuidarse el mismo. Aun teniendo la suerte de estar arropado por su entorno, el sentimiento de soledad puede aparecer. Es necesario tener recursos para enfrentarse a las sensaciones de agotamiento, rabia, impotencia, irritación, frustración... y que éstas no repercutan en la tarea de cuidar al afectado. Físicamente, el deporte es una muy buena alternativa. Una opción es el yoga, porque combina la parte física (postura o asanas), con la respiración y la relajación (o meditación). Como no es un ejercicio muy exigente (según a que niveles), se puede adaptar bastante bien a cualquier edad. 



Con las asanas (posturas) se activa el metabolismo, se ejercitan los músculos, el equilibrio y la resistencia. Con los estiramientos se previenen además los problemas posturales. La consciencia de la respiración favorece la oxigenación del organismo. La parte de la relajación o meditación trabaja la mente, con el beneficio que eso supone como antiestrés, por su efecto tranquilizante y como antidepresivo. Totalmente recomendable. 




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